En el mundo del deporte, las lesiones son algo común y una realidad difícil de evitar, pero siempre es importante minimizar los riesgos. En el caso de la prevención de lesiones, es esencial entender que no se trata de evitar por completo que una lesión ocurra, sino de reducir las posibilidades de que suceda. En este artículo, hablaremos sobre cómo minimizar los riesgos de lesiones en la práctica del balonmano y la pelota, así como los factores que influyen en su recuperación.
¿Qué causa una lesión?
Una lesión se produce cuando el cuerpo no puede soportar las demandas a las que se ve sometido, que se dividen en dos tipos: carga externa y carga interna. La carga externa es objetivable, sin embargo, la carga interna es subjetiva y varía en función de cada individuo, incluyendo factores metabólicos, psicológicos, emocionales, sociales y más.
Para entenderlo mejor, pongamos el ejemplo de un litro de agua en un jarrón que queremos verter en un vaso. Si las demandas superan las capacidades, el agua se desbordará. En este caso, podemos optar por reducir la carga/demanda o aumentar las capacidades
Variables que influyen en una lesión y en su recuperación
Hay numerosas variables que pueden influir en la aparición de una lesión, así como en su recuperación. Entre ellas, encontramos el sexo, la edad, el IMC, la composición corporal, la genética, la anatomía, las comorbilidades, las creencias en el dolor, la religión, la cultura, la educación, el nivel socioeconómico, las lesiones previas, la familia, el entorno y el contexto, el diagnóstico precoz y adecuado, el tratamiento adecuado, el sistema inmunológico, los hábitos de sueño y alimentación, las experiencias previas con el dolor, las capacidades físicas, la masa muscular, la fuerza, el ROM, etc.
Factores de riesgo
Algunas características, llamadas factores de riesgo, pueden aumentar la probabilidad de sufrir una lesión. Estos factores pueden ser no modificables, como el sexo, la edad o las lesiones previas, o modificables, como el IMC, los déficits de fuerza y movilidad.
Por ejemplo, se han descrito diferentes factores de riesgo para la lesión del LCA, como ser mujer, haber tenido una lesión previa, déficit flexión dorsal de tobillo, déficit de fuerza en el ratio I:Q, déficit extensibilidad en cadena posterior, valgo de rodilla, déficit en control motor y estabilidad lumbopélvica y de la cadena cinética.
Lesiones típicas en balonmano o pelota: cómo prevenirlas y tratarlas
Uno de los principales problemas que enfrentan los jugadores de balonmano y pelota es la lesión en el hombro del lanzador, conocida como GIRD (Déficit de rotación interna gleno-humeral) y la lesión de SLAP. Estas lesiones pueden ser causadas por la distensión de la cápsula anterior con el tiempo y la repetición del gesto desde la infancia, lo que acorta la cápsula posterior. Como resultado, la cabeza del húmero se mueve más de 90º en rotación externa, lo que provoca hipertonía del bíceps y limita el movimiento de la rotación interna, lo que puede provocar fracturas de arrancamiento del rodete glenoideo tanto hacia anterior como hacia posterior (SLAP).
El diagnóstico de estas lesiones solo se puede hacer mediante una artrorresonancia o artroTAC, ya que la resonancia magnética no es suficiente. Además, estas lesiones tienen un pronóstico malo. Por lo tanto, el mejor tratamiento es la terapia preventiva. El tratamiento del GIRD en el hombro del lanzador puede prevenir el SLAP. Para ello, se debe estirar la cápsula posterior y tratar el nervio supraescapular. Así, el tendón del bíceps no tendrá tanta tensión, no traccionará del rodete y se evitará la lesión de SLAP.
Otras lesiones típicas en balonmano incluyen la lesión del ligamento cruzado anterior (LCA) y la epicondilopatía para los que practican pelota.
Para disminuir la probabilidad de lesiones, se deben implementar varias estrategias, como la gestión de cargas, el equilibrio entre demandas y capacidades, la relación entrenamiento y descanso, una nutrición adecuada, un sueño suficiente, el entrenamiento de fuerza, los entrenamientos “compensatorios” para trabajar en los déficits de cada uno. Las medidas de recuperación como la fisioterapia, el masaje, los baños de frío, la presoterapia, la podología y la psicología son otras estrategias que ayudaran a disminuir la probabilidad de lesiones.
Es importante tener en cuenta que hay muchas variables que influyen en una lesión, sobre las cuales no se puede influir de manera directa. Por lo tanto, es prácticamente imposible evitar las lesiones por completo, pero es posible disminuir en gran medida la probabilidad de sufrir una.
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