Estamos en temporada de esquí, un apasionante deporte que nos permite disfrutar de la naturaleza invernal a la par que practicamos deporte. Pero el esquí es también una exigente actividad músculo-esquelética, que tanto por la exigencia propia del gesto deportivo, como por los traumatismos que podemos sufrir al practicarla, se acompaña habitualmente de lesiones.
Podemos dividir las lesiones típicas del esquí en lesiones Traumatológicas y lesiones por sobrecarga mecánica
1. Traumatológicas:
El esquí es un deporte acompañado frecuentemente por caídas, resbalones, quiebros, giros forzados, torceduras, impactos… Lo que directamente produce en nuestro cuerpo contusiones y/o distensiones a los diferentes tejidos corporales: huesos, articulaciones, músculos, tendones, ligamentos, piel… Esto nos da una larga lista de lesiones comunes como:
- Fracturas:
- Radio cubitales
- Escafoideas
- Humerales
- Claviculares
- Meniscales
- Fémur
- Esguinces:
- Rodilla: ligamentos cruzados y colaterales
- Cervical
- Cubital de la muñeca
- Luxaciones:
- Hombro
- Muñeca
El tratamiento de estas lesiones traumatológicas pasa primero por un diagnóstico diferencial que determine el grado de afectación de los tejidos, para orientar el tratamiento a seguir. Si hay fracturas o esguince de grado avanzado, los primeros días/semanas el tratamiento será principalmente la inmovilización, acompañada de analgesia/antiinflamatorios, sea con medicamentos o remedios más naturales como el hielo y las pomadas antiinflamatorias.
Una vez que los tejidos rotos establecen su consolidación, empezará el trabajo más funcional, para devolver la función a músculos,articulaciones,tendones… Un buen asesoramiento profesional por parte del fisioterapeuta será clave para una pronta y fructífera recuperación funcional.
Los tiempos de recuperación serán muy variables, dependiendo del alcance de cada lesión y de las características individuales de cada persona. Por ello, lejos de guiarnos por estándares, conviene recibir un asesoramiento personalizado por médicos, fisioterapeutas y readaptadores que nos ayuden en el proceso, para poder estar recuperad@ de la mejor manera posible.
2. Sobrecargas mecánicas
Aparte de la larga lista traumatológica, se suman las lesiones por el propio trabajo mecánico que exige el trabajo del esquí. En este deporte, el esqueleto humano tiene que pelear por una estabilidad continuamente puesta en desequilibrio por la propia nieve y su estado, la velocidad, las alteraciones de terreno y nuestra interacción con los mismos. Un trabajo isométrico y excéntrico a nivel miotendinoso para mantener la postura corporal, a la vez acompañado de rápido cambios en las contracciones musculares para hacer giros, adaptaciones al terreno, frenadas, amagos de caídas…En las que sobre todo se va a ver implica la musculatura de las extremidades inferiores y el tronco.
Para ello, es muy importante estar en buena forma, para que los músculos, tendones y articulaciones tengan fuerza y resistencia suficiente para aguantar las exigencias de esfuerzo de toda la jornada. Además, a medida que el trabajo se va acumulando por el paso de la jornada, el sistema puede ir entrando en fatiga, generando contracturas por sobrecarga, tendinitis… Además, esa fatiga puede derivar en un mal control del gesto deportivo, y acabar produciendo caídas o gestos forzados que provoquen lesiones traumatológicas.
La falta de técnica, derivará en un mal gesto biomecánico del esquí, hará trabajar al esqueleto de una manera errónea, y ser mucho más proclive a lesiones mecánicas y traumatológicas.
Por lo que, para evitar o disminuir los problemas mecánicos de sobrecarga aconsejamos:
- Tener una preparación física previa para resistir las exigencias de las jornadas de esquí.
- Adaptar las sesiones de esquí a nuestras facultades, tanto por nivel de dificultad como la duración, clima…
- Aprender una correcta técnica deportiva.
- Recurrir a medios de recuperación post-ejercicio que nos ayuden a recuperar del esfuerzo realizado y volver a estar en condiciones óptimas lo antes posible.
- Acudir a nuestro fisioterapeuta para tratarnos con un masaje deportivo o un tratamiento de osteopatía.
- Usar medios de autoaplicación como los estiramientos, auto masaje con massage-roller, shot-gun…
- Una buena nutrición que asegure un buen aporte nutricional y de hidratación durante y después del ejercicio para que el cuerpo pueda responder adecuadamente a las demandas energéticas del esfuerzo y la recuperación.
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